LA ESTRATEGIA DE SATANAS

 

La estrategia de Satanás es esconderse para poder mejor engañar
El Demonio no existe, se oye decir. Existe el “mal”, se piensa, pero no el Maligno.

Acción importante del Demonio en la actualidad es presentarnos errores disfrazados de verdades
a través del NEW AGE

Satanás sigue tan activo como cuando tentó a nuestros primeros progenitores, Adán y Eva. Es artículo de fe católica que la caída del hombre vino por la tentación de Satanás (Lucifer) y que éste y los demás demonios continúan tentando y persiguiendo a la humanidad. Así leemos en la primera Carta de San Pedro (5, 8) y en el Concilio Vaticano II (G.S.13). Y nos apunta el Catecismo de la Iglesia Católica (#394) que este intento es tan fuerte y tan cierto, que Satanás trató de desviar al mismo Jesucristo de Su misión (Mateo 4, 1-11). Y sigue tratando de desviarnos a nosotros los seres humanos. Es éste su principal trabajo: con todas sus huestes atraer hacia él y llevar a pecar a la mayor cantidad de gente posible.

Para llevar a cabo esta labor, su estrategia es esconderse para mejor engañar: a unos hacer creer que no existe; a otros, que no es un ser real ... si acaso, que es una entidad indefinida, denominada genéricamente “mal” como oposición al bien, error muy difundido -aún dentro de la misma Iglesia- entre tantos otros que se propagan a través del New Age.

Por eso el Papa Juan Pablo II, en su Encíclica sobre la Vida calificaba al Demonio de “potencia personal maléfica” (#104) y nos ha dicho también que “esconderse, pasar desapercibido, corresponde a sus intereses” (Juan Pablo II, 13-agosto-86).

Y ¿en qué consiste el principal engaño del escondido Satanás en estos momentos? Su principal acción está en presentarnos errores disfrazados de verdades para que muchos cristianos se aparten de la Verdad que nos vino a traer Jesucristo y que nos recuerda el Magisterio de la Iglesia.

Uno de esos muy difundidos errores disfrazados de verdad, es la creencia en el mito de la re-encarnación. Y, tal vez sin darnos cuenta, al anexar esta creencia venida del paganismo y condenada por la Iglesia desde el Concilio de Nicea (año 325), los cristianos estamos a riesgo de perder la verdadera Fe. Al aceptar que podemos haber re-encarnado y al desear re-encanar ¿nos damos cuenta que de hecho estamos negando nuestro verdadero destino después de la muerte que es resucitar como Jesucristo resucitó, para luego vivir eternamente y en plenitud de gozo para siempre? (cfr. Juan 6 , 40).

Otro de estos casos es el llamado espíritu de la navidad, con el cual se busca sustituir la más difundida celebración cristiana, la Navidad, por un culto de carácter pagano que es una nueva forma de espiritismo. Porque... ¿qué es, si no, invocar y escribir a un “espíritu”? Es éste un engaño similar al de todas las ideas y prácticas del New Age: presentar un error teñido de verdad; presentar un peligro vestido de provecho; presentar una idea anti-cristiana coloreada de cristianismo.

Por todo esto nos dice San Pablo que debido a que “nuestra lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra los dominadores del mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal, debemos tomar las armas de Dios”. Para enfrentar la estrategia de Satanás, una de las principales armas es la oración. “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y prosigan sus oraciones sin desanimarse nunca” (cfr. Efesios 6, 10-18).

Por eso también el Papa JPII nos pedía, tanto a los fieles individualmente, como a las comunidades, ejercitarnos “en la práctica asidua de la oración ... para poder permanecer en la intimidad con Dios” (Juan Pablo II a los Obispos Venezolanos, Mayo 1995).

 

INDICE 7. - ¿Por qué busca Dios al hombre?
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