¡Oh Madre nuestra!
Queremos consagrarnos
a tu Inmaculado Corazón
y rogarte por nuestra ...
(familia o escuela o parroquia o patria)
Primeramente te entrego mi cuerpo y mi alma,
mi pasado, mi presente y mi futuro,
todo lo que soy y todo lo que tengo.
Enséñame a amar la Voluntad de Dios
y guíame para vivir en ella.
Aleja lo que pueda enturbiar
nuestra fe católica
y lo que pueda ofender a tu Hijo,
a quien aclamamos como Señor de la historia.
No queremos otras doctrinas,
sino las contenidas en el Evangelio
y enseñadas por
el Magisterio de la Iglesia Católica.
Madre amadísima:
Recibe nuestros corazones
para que sean colocados
ante el Trono del Altísimo.
Santísima Virgen de …………
(aquí se coloca la advocación a la que es devoto).
Guárdanos en tu Corazón Inmaculado
y renueva la Fe en nuestro país
y en el mundo entero.
Amén.
(Con aprobación eclesiástica) |